sábado, 8 de octubre de 2011

Martina


Desde el nacimiento de Martina que tenía ganas de escribir pero los días pasan volando y siempre hay otras prioridades.
Este blog ya no contara solamente los días de Nacho sino que seguramente también contaremos como nuestra vida cambia con la presencia de Martina y con esto, el crecimiento de Nacho.
Martina llego a este mundo el 12 de Septiembre, algunos días después de la fecha de parto estimada. Después de muchas horas de contracciones, espera, ansiedad, dolor, no quiso salir y terminamos en una cesárea a las casi 21 hrs cuando por fin salió.
Fue un día largo pero grandioso (lo digo ahora que uno olvida el dolor! Ja), un día de mucho trabajo pero en compañía de un equipo grandioso que nos acompañó hasta el último minuto, un equipo sin el cual nada hubiese sido igual, un equipo de profesionales que ya se ganaron el cielo y gracias el cual recuerdo todo con tanta alegría.
Martina salió y lloro a los pocos segundos y el llanto en nosotros dos fue INEVITABLE, era un momento TAN FELIZ, irrepetible. A los pocos minutos ya está arriba mío, la bese, la mire y supe que los miedos ya se terminarían. Decidimos invadirla lo menos posible, sin vacunas, sin sondas, sin baño, sin nada, SOLO AMOR, abrazos y un neonato logo que nos acompañó y nos dio mucha confianza.
Salí del quirófano y ella ya tomaba la teta. Que más podía esperar?? Mi mama me esperaba afuera sin saberlo y nos acompañó los siguientes días. Lo demás, era esperar que se vaya la anestesia y disfrutar.
Fueron días de tanto amor que no puedo describirlos. Un ángel entre nosotros iba a vivir desde ese momento. El dolor físico era solo un ingrediente más, sabía que ya se iría y la alegría era más fuerte que todo lo demás.
Durante 9 meses soné e imagine esto, espere tenerla en mi pecho, espere verla a los ojos y amarla y acá estamos. No fue fácil, creo que en la vida uno puede elegir el camino más fácil y seguro o pelearla, remarla, confiar y seguir el camino que creemos mejor y eso hice.
Fueron meses de mucho aprendizaje, reuniones con mujeres increíbles, conocí a gente maravillosa y aprendí mucho de mí y de los demás. Sin este camino nada hubiese sido igual. Me siento más mujer y más humana por todo… sé que mi hija sabrá y entenderá todo el esfuerzo que hice para que ella sea sana, para que ella sea un ángel, para que llegue a este mundo con mucho amor, sin invasión.
Nacho no quiso mirarme el primer día y muchas tardes no son fáciles, sé que me quisiera más con el pero hago lo que puedo y sé que los celos algún día terminaran.
No tengo palabras de agradecimiento a Sandra, Tito, Vero, Mario, las mujeres con las que compartimos este camino, a Ezequiel que me banco todo el tiempo, a todos los amigos y familia que aman tanto a Martina como a Nacho, a Dios y a la vida que me permitió tener a esta hija sana y en el ambiente y lugar que elegimos….
Cada día es un día de AMOR, cada día es una alegría enorme que nunca terminara. Ahora somos 4 y nada ha sido fácil pero llegamos a ser una GRAN FAMILIA.

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